El estratega superior comprende que es imposible controlar exactamente como responderá un enemigo a tal o cual movimiento. Intentar eso sólo conducirá a la frustración y al agotamiento. Gran parte de la guerra y de la vida es impredecible. Pero si el estratega puede controlar el ánimo y mentalidad de sus enemigos, no importa como reaccionen a sus maniobras. Si puede asustarlos, aterrarlos, enardecerlos y enojarlos, controlorá el más amplio alcance de sus acciones y podrá atraparlos mentalmente antes de acorralarlos físicamente.
Comentario:
No todas las personas pierden la cabeza, los contrincarios mas dificiles toman las decisiones en control, pero si tienes algo que te esta molestando, que te preocupa o que te pone en mal caracter quieralo o no, tu decisión se ve afectada, no es 100% en control, es ahi cuando puedes jugar con las acciones de tus contrincarios, hay que molestar, instigar, joder solo por joder, afectar y esperar las situaciones, ver como reacciona mentalmente a la estrategia y comprender como funciona su mente.
Las 33 Estrategias de Guerra
Robert Greene
Robert Greene
Comentario:
No todas las personas pierden la cabeza, los contrincarios mas dificiles toman las decisiones en control, pero si tienes algo que te esta molestando, que te preocupa o que te pone en mal caracter quieralo o no, tu decisión se ve afectada, no es 100% en control, es ahi cuando puedes jugar con las acciones de tus contrincarios, hay que molestar, instigar, joder solo por joder, afectar y esperar las situaciones, ver como reacciona mentalmente a la estrategia y comprender como funciona su mente.
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es como diria grenne , revolver las aguas para asegurarse una buena pesca, si sacas a tu enemigo del eje de su orbita, te lo podras llevar al matadero sin problemas.
Para controlar las acciones de un enemigo se debe tener cierto conocimiento de él. Saber que le disgusta, que le preocupa, cuáles cree que son sus debilidades (debilidades que a menudo son inexistentes pero le hacen tanto daño como las reales),para lograr esa información se tienen que librar batallas que muy a menudo conducen a la derrota.
Partiendo de esa posibilidad, la aceptación de la derrota y las conclusiones sacadas de ella nos pueden conducir a una gloriosa victoria en contra de un enemigo del cual ansiábamos su cabeza.
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