Habia una vez un maestro luchador que dominaba 360 golpes y formas. Habria cobrado particular cariño a uno de sus dicipulos, a quien le enseño 359 formas y golpes. De alguna forma, nunca llegaba a enseñarle el ultimo de sus trucos . A medida que pasaban los meses el joven discipulo fue tornandose tan eficiente en el arte de la lucha, que derrotaba a todos los que osaban desafiarlo. Se sentia tan orgulloso de su habidad que un dia se vanaglorio ante el sultan de que podria batir a su maestro si no fuese por respeto a su edad y por gratitud a sus enseñanzas. El sultan se irrito ante tal irreverencia y ordeno organizar de inmediato una lucha entre discipulo y maestro, a la cual asistiria toda la corte. Al sonar el gong, el joven se lanzo sobre su maestro y adversario solo para enfrentarse con el desconocido golpe 360. El maestro sujeto a su exalumno, lo alzo por sobre su cabeza y lo estrello ruidosamente contra el suelo. El sultan y su corte lo vitorearon. Cuando el sultan le pregunto como lo habia logrado vencer a un adversario tan fuerte, el maestro confeso que se habia reservado una tecnica secreta para una situacion semejante. Y relato los lamentos de un maestro en arqueria que enseñaba a sus discipulos todo cuanto sabia: ¨Ninguno de los que han aprendido arqueria conmigo -se quejaba el pobre hombre- ha dejado de intentar utilizarme, a la larga, como blanco¨
Una historia Saadi, relatada en THE CRAFT OF POWER
R.G.H. Siu, 1979
R.G.H. Siu, 1979
3 comentarios:
Interesante historia... me recuerda lo que una vez me dijo mi padre!!! "El que no enseña no se ayuda y el que enseña todo lo que sabe se vuelve reemplazable", esto porque sobre todo en los negocios así como en otros campos uno siempre tiene subordinados y para ser eficientes debemos, yo por mi parte, enseñarle a mis empleados mucho de lo que se para que el trabajo se haga bien, sin embargo no les enseño todo, porque de así hacerlo se van a creer la mama de "Tarzan" y uno siempre debe de tener un as bajo la manga. Una vez un empleado de confianza y del cual me sentía muy orgulloso porque hacia de todo me exigió un aumento o se iba, la respuesta fue ADIOS que Dios te acompañe... lo que usted hace lo puedo hacer yo también y mejor aun puedo enseñar a otro.
Parte de los juegos de poder es volverse imprescindible, como dices si enseno todo lo que se me vuelvo sustituible, comparto y soy de la opinion que el conocimiento hay que compartirlo teniendo muy claro a quien y bajo que circunstancias, al enseñar algo que sabemos a alguien inmediatamente lo convertimos en competidor, talvez no tenga la habilidad por ser un aprendiz pero es cuestion de tiempo, y como el ser humano es manejado por egos, cuando el tipo siente que lo hace mejor que el maestro, su actitud cambia convirtiéndose en un arrogante, hay que conocer la naturaleza humana y saber lo traicionera que es, apuesto que al empleado que pidio el aumento se le olvido quien le habia enseñado, y se sintio indispensable, creo que queda de leccion,y podria ser bueno tener dos que sepan hacer lo mismo asi siempre tendran la sensación de que son sustituibles.
yo he tenido amigos asi, que cuando le he enseñado algunas cosas y las aprenden no vuelven a mirarte con los mismos ojos, pero cuando han necesitado nuevamente mi ayuda los dejo tirados en el lodo. es el orgullo y la envidia los que hacen que la gente se torne asi. muy buen extracto de las 48 leyes del poder andres te felicito
Publicar un comentario