Incrementar sus fuerzas para reiniciar un ataque no es un cambio suficiente, ya que es probable que en el mismo intervalo su enemigo las este reforzando. Y es muy probable que el éxito en rechazarlo haya incrementado la moral del enemigo.
La esencia de estas ocho máximas es, que para lograr el éxito deben ser resueltos dos grandes problemas: dislocación y explotación. Uno va primero y el otro lo sigue. Usted no puede golpear en forma efectiva a su enemigo a menos que haya creado la oportunidad; y no será decisivo a menos que explote la segunda oportunidad que viene antes de que él se recupere.
Capítulo XIX y XX del libro: “Strategy”
Second Revised Edition de B. H. Liddell Hart. Meridian 1954.
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